Cuando los periodistas humanizan la guerra
Por lo general, la mayoría de los medios de comunicación les dan un cubrimiento poco ético y poco riguroso a las guerras. Suelen abordarlas desde el sitio de meros espectadores, informando a veces sobre el número de bajas en los bandos en conflicto y ensañándose con el morbo que se pueda despertar por la sangre y la crueldad propias de los enfrentamientos armados.
Pero los sufrimientos, los dramas de la población civil afectada directamente por la guerra, pocas veces los comprendemos en la verdadera magnitud que se presentan.
Basta con mirar un ejemplo internacional como la invasión de Estados Unidos y sus aliados a Iraq. Permanentemente la CNN nos muestra unos bombardeos nocturnos en Bagdad y nos habla sobre los soldados norteamericanos muertos y los “terroristas” iraquíes, “simpatizantes o cómplices del Al Qaeda”, dados de baja en los enfrentamientos.
Pero no conocemos la situación, por ejemplo, de las mujeres iraquíes. Aquellas señoras que pierden a sus esposos en la guerra y ahora tienen el drama de criar a sus hijos solas, como Alá les ayude.
Y para no ir más lejos, está el caso del Cañón de las Hermosas, en los límites entre el Tolima y el Valle del Cauca. Las informaciones de los medios afines al Gobierno Nacional (Canal RCN) nos dicen que cerca de ocho mil soldados están en la zona, enfrentados con los hombres de “Alfonso Cano”, máximo líder de las Farc.
Sin embargo, nadie nos habla del drama de los campesinos de la región. Tomando por cierta la versión de los medios oficialistas, al ser acordonada la zona por el Ejército, los campesinos que viven en ella tienen muchas dificultades para entrar sus alimentos, medicamentos, para mandar a sus hijos a estudiar y para desarrollar su propio trabajo agropecuario.
Además, el hecho de contar con miles de hombres de uno y otro bando combatiendo en este territorio, hace que el desplazamiento forzado sea inevitable. Por presiones de un lado o del otro, los campesinos se ven obligados a dejar su tierra, su casa, sus animales, y lo más grave, su entorno natural y sus tradiciones.
Es decir, lo que se presenta en un episodio como éste del conflicto armado en Colombia es una grave crisis humanitaria de la que tenemos muy poco conocimiento en las ciudades.
Por ello lo que observamos en Welcome to Sarajevo representa un cambio radical en la actuación de los medios de comunicación y en especial de los periodistas en la guerra.
En esta película los periodistas trascendieron su papel de meros espectadores e informadores “fríos” de los hechos, y se convirtieron en denunciantes de las atrocidades que se vivían en la guerra, generando opinión pública internacional sobre lo que sucedía en Bosnia-Herzegovina. Incluso intervinieron en el conflicto prácticamente como socorristas, tratando de salvar los niños que se encontraban refugiados en el orfanato.
Henderson, el periodista protagonista, le da a conocer al mundo la tragedia que viven estos niños, pero no se queda en lo contemplativo, sino que se plantea adoptar a una de las chiquillas.
Estos periodistas denunciaron el exterminio sistemático de la población musulmana a manos de los serbios, durante el cerco que éstos le hicieron a Sarajevo. También pusieron a conocimiento del mundo la constante violación de los derechos humanos que se presentaba en esta confrontación, que hizo parte de las denominadas “guerras yugoslavas”, una serie de conflictos en el territorio de la antigua Yugoslavia, que se sucedieron entre 1991 y 2001.
Estos conflictos obedecieron a causas políticas (se dio la secesión de la antigua Yugoslavia, derivando en varias repúblicas independientes), económicas y culturales, así como a la tensión religiosa y étnica.
Las guerras se dieron principalmente entre los serbios, por un lado, y los croatas, bosnios y albaneses por el otro. Éstos han sido los conflictos más sangrientos de Europa desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Unos trescientos mil muertos y varios millones de desplazados y refugiados.
Pero si bien estos conflictos exhibieron una crueldad monstruosa, en el que los serbios persiguieron a los musulmanes de Bosnia-Herzegovina, de acuerdo con lo observado en Welcome to Sarajevo, los medios de comunicación y especialmente los periodistas se jugaron incluso su propia vida tratando de darle cierto grado de humanización a la guerra.
En esta película de 1997, dirigida por Michael Winterbottom, los periodistas humanizaron la guerra porque dejaron a un lado su papel contemplativo e intervinieron directamente en ella como denunciantes de los abusos que allí se estaban presentando. Además, no se dedicaron a resaltar la actuación de los bandos en contienda, sino que se centraron en la población civil, en sus dramas, en los problemas del ciudadano del común, cuya única parte en las guerras es el sufrimiento, el dolor, el horror.
Y no sólo se centraron en estos dramas humanos para sacar provecho informativo de ellos, sino que trataron de ayudarle a la población civil en la medida de sus posibilidades.
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