sábado, 1 de noviembre de 2008

Batman: el caballero de la noche


La actualización de la tragedia y la comedia griegas



Los griegos concibieron la tragedia como el resultado del rompimiento de los valores y los principios éticos del ser humano, y por tanto el predominio de la confusión, el caos, y el profundo dolor; y crearon la comedia como la mejor forma para burlarse de los gobernantes y criticar sus malas obras, o criticar los comportamientos incorrectos de los ciudadanos en general.

Partiendo de estas concepciones de la tragedia y la comedia griegas, se puede decir que Batman: el caballero de la noche, película de 2008 dirigida por Christopher Nolan, es una muy buena actualización de la comedia y la tragedia, los dos grandes géneros del drama que constituyeron el teatro griego.

Hay que comenzar diciendo que, aunque la comedia es permanente en la película, al final prima la tragedia, porque es el desorden, el dolor generado por el Guasón lo que termina venciendo en la historia.

Luego de afirmar que la tragedia termina predominando en este filme, resulta pertinente en aras de sustentar esta posición, desglosar los rasgos de tragedia que contiene esta película, tanto en sus personajes como en las situaciones que se presentan a lo largo de la trama.

El primer elemento trágico de esta historia es el Guasón, personaje sin escrúpulos y sin valores. Sus principios son el caos, la anarquía, el azar. Su obsesión es el sufrimiento de los demás. Él pretende demostrar que todo el mundo puede ser empujado hacia el mal, que todo valor se puede romper; en suma, que toda situación se puede convertir en tragedia. Y efectivamente demuestra su teoría, al manipular psicológicamente a Harvey Dent en el hospital hasta eliminarle sus valores y llevarlo a actuar desde el mal.

Sin embargo, como su mismo nombre lo indica, el Guasón también es un burlón de tiempo completo, y en este sentido constituye también un elemento de comedia en la historia, pero esto se explicará más adelante cuando se toquen los rasgos de comedia que hay en la película.

Otra situación típicamente trágica de la película es el dilema permanente en que vive Batman: esperar a que el Estado haga justicia o hacerla por sus propios medios. Pero Batman decide hacer justicia por sus propios medios, con lo que quebranta el principio, que dice que la justicia la debe aplicar el Estado.

En estas confusiones internas de Batman aparece Alfred Pennyworth, su viejo amigo, que representa el papel de esos mensajeros de la tragedia que aconsejan a los hombres para que actúen de acuerdo con la virtud y no hagan enfurecer a los dioses.

Pennyworth escucha las angustias de Batman, pero también le habla al oído acerca de lo que debe y no debe hacer, con miras a buscar el bien común en Ciudad Gótica.

La presencia de la mafia también es otro elemento de tragedia en la película. Esta gente representa el rompimiento de los valores y los principios éticos del ser humano, y a partir de ahí la generación del caos y el padecimiento de un enorme dolor.

Conjuntamente con la mafia, en Ciudad Gótica está presente el delito: el robo, el homicidio, el chantaje, todos éstos, señales de que los valores se han quebrantado en esta ciudad.

La presencia permanente de la noche, de la oscuridad, hace más propicio el escenario para la tragedia, puesto que la noche en sí misma tiene la connotación de sordidez, de espacio para lo prohibido, para el despliegue desenfrenado de las pasiones; y en estas condiciones los valores y los principios generalmente se tiran al tarro de la basura. Como los tiraron los policías corruptos que secuestraron a Rachel y a Harvey Dent y los metieron a dos bodegas llenas de explosivos.

Otro elemento trágico de esta historia es la transformación que experimenta Harvey Dent, quien luego de ser promocionado como el héroe de la ciudad por Batman y el comisionado Gordon, fue manipulado psicológicamente por el Guasón y se convirtió en un asesino.

Dent, enceguecido por las ansias de venganza tras sufrir esas terribles quemaduras y soportar la muerte de su novia Rachel, también quiebra sus propios valores y principios y comienza a actuar como un demente, dejando las vidas de las otras personas en manos del azar, azar que determinaba el lado para el que caía la moneda y por tanto la ejecución o la salvación de su víctima.

Todo este caos hizo que se rompiera el valor de la mistad entre Dent y Batman, entre Dent y Gordon, y entre Gordon y Batman.

Mucho dolor, muerte, sufrimiento, causados por el caos propiciado por el rompimiento de los valores. Todo esto, propio de la tragedia griega.

El único incorruptible en sus principios fue Batman. Y por eso el Guasón dice que nunca lo matará, porque le parece un tipo divertido. Es divertido porque tiene un comportamiento diferente al del resto de la gente de Ciudad Gótica. Lo común allí es el rompimiento de los valores y los principios éticos del ser humano. Y Batman no quebranta los suyos y por eso es diferente, por eso es divertido.

El hecho de que el Guasón y Batman no se maten entre sí representa un elemento propio de la tragedia: lo bueno es bueno en tanto exista lo malo. Batman es héroe gracias a la perversidad del Guasón, y el Guasón es villano gracias a la incesante persecución de Batman. Un poco más concreto: Álvaro Uribe ha llegado a ser lo que es gracias a la demencia de las Farc.

Y es que en la tragedia, la virtud y el vicio se necesitan entre sí. ¿A qué se hubieran dedicado los dioses en Antígona, la tragedia de Sófocles, de no existir un Creonte que desobedeciera sus órdenes al no permitir los honores fúnebres para Polinices? Tal vez los dioses mismos tomarían esas virtudes en sus manos y las soplarían hasta desvanecerlas por completo en lo gaseoso de la eternidad.

La virtud es tal gracias al vicio y viceversa. Esta constante necesidad entre los dos polos es lo que origina los dilemas, que a su vez suelen llevar al rompimiento de los valores, que en últimas no se romperían, o no existirían siquiera, si no fuera por la maldad y todos sus congéneres.

Por ello entonces el Guasón no mata a Batman. Pero cuando le dice que nunca lo matará porque le parece un tipo divertido, al tiempo que le confiesa que lo necesita para poder ser, se mofa de él, se burla de lo que el Guasón entiende como un comportamiento incorrecto de Batman, y es el hecho de que éste actúe ceñido a planes, a programaciones, en vez de ser “correcto”, que bajo la percepción del Guasón, consistiría en dejarse llevar por el azar para actuar, no medir tanto las consecuencias de sus actos sino descargar toda la fuerza de la voluntad en lo que se hace.

Mejor dicho: para el Guasón es incorrecto que Batman trate de ser excesivamente correcto, y por eso se burla de él.

Y esta burla es la esencia de la comedia, que se hace presente también de manera permanente en la película.

Uno de los elementos de comedia más fuertes en este filme lo constituye el comportamiento de Batman, que implícitamente se burla del Estado al reconocer que la policía es incapaz de mantener el orden en Ciudad Gótica.

De esta actitud cómica se genera una tragedia, pues Batman viola el principio legal al intentar hacer justicia por sus propios medios, tanto que al final la policía termina persiguiéndolo.

Batman se puede comparar con los paramilitares: piensa hacer justicia por sus propios medios, su actuación inicialmente se percibe como colaboración a la policía, y al final termina perseguido por la fuerza pública, porque “él no es un héroe; es un vigilante, un guardián protector, un caballero, el caballero de la noche”.

Como se mencionó en los primeros párrafos de este ensayo, el Guasón también materializa fuertemente la comedia. Con sus actos, este personaje se burla constantemente de las fuerzas estatales. También se burla de los mafiosos, cuando les dice que están equivocados al perseguirlo a él, que lo que tienen que hacer es matar a Batman, y que él lo puede hacer.

Se está burlando de los mafiosos, primero, porque así se libra él de la persecución en su contra; segundo, porque les está diciendo “brutos” de frente, por perseguirlo a él en vez de a Batman; tercero, porque implícitamente los trata de ineptos al decirles que él es quien puede matar a Batman; y cuarto, porque en realidad lo que él menos quiere es matar a Batman.

El Guasón también se burla de los mafiosos al decirles que para ellos sólo interesa el dinero y al prenderles fuego a los billetes que le pertenecían a él. Les dice a los mafiosos que para él son más importantes cosas baratas, como la pólvora y la dinamita.

Se burla además de los ciudadanos en general, cuando dice que a ellos sólo les interesa seguir planes al pie de la letra, mientras que a él le encanta es el azar, el caos, la anarquía. Por ello se burla de Batman cuando éste no es capaz de matarlo, y le dice que está programado para seguir una directriz: no matar.

Pero también se dan burlas por parte de la ciudadanía. Por ejemplo, cuando Dent estaba pronunciando su discurso y el auditorio comenzó a gritar que no quería más a Batman, que quería saber su verdadera identidad. Es una crítica de la ciudadanía, pero en el fondo es una burla contra Batman, por lo que el auditorio entiende como errores en su comportamiento.

El mismo Harvey Dent también protagonizó situaciones de comedia en la película, cuando pretendió matar al hijo del comisionado Gordon. Dent puso a sufrir a Gordon y se burló de él, tratando de cobrarle al Comisionado sus errores que condujeron a la muerte de Rachel.

Así, Batman: el caballero de la noche, pone más actuales que nunca a la tragedia y la comedia griegas, esas dos formas de comunicación tan poderosas que constituyeron el drama y con él el teatro, esa tremenda herramienta comunicacional que le dejaron los griegos a la humanidad.

Los días de la elaboración de este texto coinciden con los de la muerte de Fanny Mickey, esa dama verraca que sí supo de tragedias y comedias, que impulsó el Festival Iberoamericano de Teatro, que se desarrolla en Bogotá, hasta convertirlo en el más importante del mundo.

Que sirvan estas líneas, en las que se habla del teatro como herramienta poderosa de comunicación, para hacerle un pequeñísimo pero sincero homenaje a Fanny Mickey, ella sí entendió perfectamente el asunto de la comunicación mediante el teatro.

Hay comunicación mientras se mueva a la acción a quien percibe el mensaje. Y el Festival Iberoamericano de Teatro logró mover nada menos que a una metrópoli como Bogotá, desaparecer barreras socioeconómicas y congregar gente de todos los estratos y todos los barrios de la capital en torno a las tablas, a los escenarios, instaurando así una verdadera democracia cultural, así fuera por pocos días.

La comunicación del teatro griego invitaba a la prudencia en el comportamiento, a cumplir las leyes divinas. Y la comunicación del teatro griego proyectado en Batman: el caballero de la noche, invita a repensar el asunto del rompimiento de los valores y sus consecuencias azarosas, la cuestión de lo bueno y lo malo, invita a burlarse incluso de las propias tragedias de la sociedad.

Este filme con esencia teatral, especialmente trágica y con bastantes situaciones cómicas también, invita a insistir en el cine como poderosa herramienta comunicacional, pero fundamentalmente a mantener presentes esas formas básicas del teatro, gran aporte griego a las comunicaciones que hoy, casi 2.500 años después, continúa mostrando su vigencia como forma de expresión de los imaginarios del ser humano y como impulso que lleva a la acción.

No hay comentarios.: