lunes, 30 de marzo de 2009

Los malos tiempos dejan su rastro en el sector textil

Las ventas de Fabricato Tejicóndor bajaron un 11,3%. El Cid cerró su planta de producción, tras dos años consecutivos registrando pérdidas. Y la queja entre los textileros de El Hueco es generalizada: las ventas son bajas.

Dos empresas grandes y las PYMES muestran la radiografía de la situación del sector textil en Medellín en plena crisis económica mundial.

El denominado Cluster (cadena) Textil Confección Diseño y Moda representa la actividad emblemática de Antioquia, generando el 53% del empleo industrial en la región.

Aunque el ministro de Hacienda Óscar Iván Zuluaga había dicho que la economía del país estaba “blindada”, la desaceleración económica mundial, producida principalmente por la crisis financiera de Estados Unidos, viene golpeando a la economía nacional, tanto que incluso el Gobierno reconoció que los malos tiempos económicos se empiezan a sentir en el país.

Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística, DANE, el desempleo en Colombia subió del 13,1 al 14,2% en enero de este año. Y las textileras aportaron al incremento de este indicador económico.

La sacudida de un grande

El Colombiano informó el pasado 27 de febrero que las ventas de Fabricato pasaron de 653.692 millones de pesos en 2007, a 579.768 millones en 2008.

“Las ventas han bajado un 20% este año a causa de la crisis. Los clientes se quejan pero nosotros no podemos hacer nada, rebajamos los precios lo más que se puede y se hacen promociones, pero son pocas las veces que se ve lleno el almacén”, aseguró en entrevista personal Carolina Jaramillo, empleada del almacén de Fabricato de la calle San Juan.

La caída de un emblema

Hace 65 años nació en Medellín Industrias El Cid. Las confecciones de esta empresa llegaron a ser reconocidas como unas de las mejores del Departamento y del país. Pero el pasado miércoles 25 de marzo, sus dueños, Raúl Álvarez y Guillermo Valencia Jaramillo, cerraron la planta de producción y despidieron al poco personal que quedaba.

Pérdidas de 380 millones de pesos en los últimos dos años fueron el detonante para cerrar esta insignia de los antioqueños. Además, “el bajón del dólar del año pasado nos mató”, afirmó Soraya Vargas, una de las pocas empleadas que duraron hasta este fin de semana, cuando se fueron los últimos trabajadores de la planta. “Hace cuatro años no nos suben el sueldo, pero me quedé porque no he podido conseguir un trabajo donde me paguen lo mismo”, reveló.

El Cid sólo exportaba a Oxford Industries en Estados Unidos, pero este cliente, de 3.000 sacos y pantalones diarios, pasó a pedirle sólo 500 unidades.

El dólar está por los 2.400 pesos, excelente precio para los exportadores. Pero con la crisis financiera en Estados Unidos, la gente no tiene con qué comprar. Entonces se puede vender a buen precio, pero… ¿quién compra?

Según la edición de El Colombiano del pasado 8 de marzo, El Cid tuvo 1.600 operarias “en sus mejores tiempos”. En entrevista personal, Soraya Vargas informó que “la mayoría eran madres cabezas de familia, con varios hijos”.

Hoy las instalaciones de El Cid, en el barrio San Pablo, están desoladas. “Estamos esperando que los carros vengan a recoger”, dijo Vargas con tono nostálgico.

La tienda Bobbie Brooks, de Industrias El Cid, cerró el lunes 30 de marzo; la empresa Expofaro también despidió personal en los últimos meses, al igual que Everfit; y Leonisa, por su parte, ha cerrado varios almacenes.

El temor de las PYMES

Gabriel Gil, propietario de Punto Textil en El Hueco, aseguró que en ese sector de la ciudad “están cerrando los negocios”. Según él, aunque se hagan promociones, las ventas no reaccionan y la situación sigue siendo crítica. Además, “el Gobierno antes nos sube más los impuestos, nos desfavorece”, manifestó.

Sergio Roldán, dueño de La Ganga, almacén textil de El Hueco, afirmó que “estamos afectados hace días. La gente tiene miedo de que se quiebren sus negocios. Aquí tuvimos que pasar de 27 a 16 empleados”.

Textiles Preto, por su parte, despidió al 10% del personal, de acuerdo con la información entregada por Gloria Montoya, administradora del establecimiento.

Causas del mal momento

Además de la crisis financiera de Estados Unidos, que ha tenido repercusiones en la economía mundial, los textileros sostienen que la invasión de mercancía china los tiene perjudicados. “Una camiseta en el Éxito cuesta 12.000 pesos; en OK, como es china, vale 5.000”, aseguró Rosalba Betancur, modista. Ella compra las telas en El Hueco, tiene el taller en su casa, en Envigado y reveló que sus ventas han bajado en un 60 o 70%.

Sergio Roldán, de La Ganga, expresó que “el contrabando nos jode”. Para Gloria Montoya, de Textiles Preto, el mal momento de la economía se debe principalmente “a tanto desempleo”. Además – agregó – “la DIAN (Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales) molesta mucho con las importaciones de Panamá”.

Adicional a esto, la caída en el envío de remesas y la tragedia económica que vivió gran parte del país con la captación ilegal de dinero de las pirámides, también contribuyeron al fuerte descenso de la demanda interna.

Por otro lado, Venezuela, que desde mediados de 2007 se convirtió en el primer cliente de las textileras colombianas, por encima de Estados Unidos, también mermó su demanda por la caída de los precios del petróleo, situación que perjudicó su economía e hizo que su Gobierno restringiera las importaciones para conservar el equilibrio en la balanza comercial.

Qué dicen los clientes

Luz María Mejía Botero, clienta del almacén de Fabricato de la calle San Juan: “He visto algunos déficits y cierres de almacenes textiles donde yo compraba los insumos. Los linos y driles, con la crisis, han subido sus precios y casi nunca salen en promoción por ser telas costosas”.

Luis Fernando Barrientos, estudiante de diseño de modas de la Colegiatura Colombiana, por su parte, manifestó que “las empresas textiles y de confecciones en el primer trimestre de 2009 viven sus días más críticos y no hay solución a la vista. Muchas, en vez de reducir sus precios, antes los suben y yo al ser estudiante y que no trabajo me queda difícil comprar telas, pero me toca sacar la plata de donde no la tengo”.

Entretanto, Sebastián Vélez, estudiante de economía de la UPB, dijo que “en el caso colombiano, las textileras grandes, que son más bien poquitas, están en crisis, pero no ahora con lo de la crisis mundial, sino desde hace tiempo porque dejamos de importar insumos y los cambiamos por ropa ya hecha. Así, las textileras grandes lo que han hecho es convertirse en exportadoras de insumos”.

Alternativas

Frente a esta desaceleración económica, los textileros antioqueños les apuntan a nuevos mercados como Chile, Argentina y Perú, a países centroamericanos y del Caribe y hasta a Asia.

Adicionalmente, en enero de este año el Gobierno eliminó el arancel a la importación de algodón y Lycra. Y ya se habla del probable desmonte de aranceles para telas y confecciones.

Aparecen estas alternativas mientras muchas empresas, grandes, medianas y pequeñas, tiemblan o definitivamente se quiebran y cierran. Todo esto, al tiempo que el Banco Interamericano de Desarrollo, BID, cumple 50 años y realiza su Asamblea de Gobernadores en Medellín, que ha “tirado la casa por la ventana” en este certamen.

1 comentario:

john dijo...

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